A veces llora, y sus lagrimas son tan profundas que crea mares de desesperanza por donde caen, y aunque lo intenta, aunque quiere olvidar, no puede y esa angustia se queda en su rostro, y va comiéndose a la mujer que un día fue para volver a ser la niña miedosa del monstruo del armario.
1 comentario:
Me encanta como puedes decir tanto en tan poco.
A veces no hace falta volver a ser una niña miedosa, de grandes también descubrimos los monstruos son más reales de lo que pensabamo, s...
Te leo, noah
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