16 feb 2012

MALÚ

Oigo su voz adorada canturrear en la cocina y sonrío para mí anticipando el momento en que vuelva.

Por el pasillo su voz se va transformando en apenas un murmullo hasta que llega a nuestro cuarto.

¡Vamos perezoso! ¡Se te va a hacer tarde!

Se inclina hacia mí y yo sujeto su bello rostro con ambas manos: no quiero que se escape como hace siempre cuando la voy a besar. Su cabello castaño claro cae sobre mi rostro y su aroma, tantas veces percibido, me inunda.

Ella tiene otra vez diecisiete años y yo estoy tan loco por ella como entonces.

Acercó lentamente mis labios a los suyos, intentando deleitarme con el sabor anhelado, pero su risa me interrumpe.

Me despierto.

No es su risa.

Es el llanto de mi hijo que, probablemente en sueños, también la echa de menos.

¿Podremos acostumbrarnos a vivir sin ti, Malú?

16 de febrero de 2012

3 comentarios:

ghitin dijo...

Hola L. ^^
Mis historias no son tan buenas como las tuyas, pero ahí está esta para que corrijas lo que quieras.
Gracias por leerme.

L.Noah dijo...

Oh! el principio me ha parecido muy dulce, sobre todo cuando el ha dicho que volvia a tener 17 y he sonreido.
Pero *.* ¡malvada! esta muerta.
Seguramente su hijo tambien la hecha de menos. que duro debe ser encontrarse en una situacion así.
Creo que esta perfecto porque deja ese sabor agridulce que te hace querer indagar mas en la historia.
A mi me gustaria saber como eran cuando eran adolescentes y que pasó.

ghitin dijo...

La historia está en mi cabeza, pero no sé si llegaré a escribirla. Me cuesta mucho, mucho, escribir; nunca estoy conforme.
Gracias por comentar :)