10 nov 2010

Sé que esto es estúpido e inmaduro, que no debería ser, pero lo és, y me revuelvo los sesos buscando algo lógico, una solución a esta raíz cuadrada de números infinitos.

Escribo en una hoja cuantas veces he coincidido contigo en algún lugar, y solo me salen tres, tres cortos momentos en los que ni siquiera estaba sola, en los que mis ojos, pegados a los tuyos no recibieron respuesta.
Después, memorizo los momentos en los que me has hablado, y no hay ninguno, no hay ninguna palabra que anide en mis oídos.
Y quiero poder decir al fin que todo ha acabado, que tu ya no estas en mi, que no siento ni padezco sin verte, que el amor igual que viene, desaparece y que tu nombre no envuelve mis labios.
Pero cuando lo intento, cuando abro la boca para dejar salir todas esas palabras no sale nada, solo un suspiro desesperado por encontrarte de nuevo.

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